Los niños adoran las canicas: sus colores, su textura suave y cómo se mueven, ruedan y chocan. Juagar con canicas también ofrece la posibilidad de que los niños aprendan sobre el movimiento y las cosas que lo afectan.
Si tienes algunas canicas, dáselas a tus niños en una caja de zapatos u otro contenedor de fondo liso. Déjales suficiente tiempo para mirarlas, sentirlas y hacer que rueden dentro de la caja.
Si ellos mantienen el interés, trata de hacer algunas rampas de canicas usando pedazos de cartón y cinta pegante. Doblando el cartón a lo largo puedes hacer algunas rampas en las que quepa la canica. Invita a los niños a que junten las rampas (con tu ayuda si es necesario) de la manera que ellos quieran. Luego miren cómo las canicas suben y bajan por unas y otras.
¿Puede llegar de una sola vez hasta arriba? ¿Cómo puedes poner la rampa para que lo consiga? Recuerda supervisar niños muy pequeños con canicas, ¡Pueden tener la tentación de metérselas en la boca!