Los niños adoran soplar burbujas. Aquí hay algunas ideas para transformar la exploración de tus niños en un “juego de ciencias”.
Puedes hacer sopladores de burbujas realmente muy sencillos simplemente usando latas limpias y vacías de aluminio de diferentes tamaños. Para hacer la mezcla casera de burbujas, agrega un poco de jabón de loza a un balde poco profundo de agua (también puedes usar el lavaplatos o la bañera). La cantidad de jabón que necesitarás depende del tipo de jabón que uses, el tamaño del recipiente y la cantidad de agua. Intenta soplar una burbuja sumergiendo un lado de la lata en el agua, levantándola y soplando a través de ésta. ¿Funciona? Si no, intenta agregar más jabón, mézclalo, y hazlo de nuevo. Sigue experimentando hasta que descubras la mezcla que hace mejores burbujas. ¡Si agregas mucho jabón, puedes siempre agregar más agua!
Una vez que encuentres la mezcla perfecta, usa latas de diferentes tamaños para soplar montones de burbujas. Mira las burbujas, nota cómo se mueven y flotan por el aire. ¿Qué pasa cuando las burbujas aterrizan en diferentes superficies? ¿Se rompen o siguen intactas? ¿Qué pasa cuando las burbujas aterrizan en el recipiente de agua jabonosa? ¿Puedes atrapar una burbuja con tu mano sin que se rompa? Cuando las burbujas explotan, busca los restos de jabón y gotas de agua en las superficies.
Para extender la actividad, busca otros elementos para hacer sopladores de burbujas. ¿Qué tipo de soplador puede hacer una burbuja realmente muy grande? ¿Qué tal una muy pequeña? Para hacer una burbuja monstruosa, haz pasar un trozo de cuerda de aproximadamente 70 cm de largo a través de dos pitillos (pajitas). Ata los extremos de la cuerda. Apoya la cuerda en la mezcla de burbujas, usando los pitillos como agarraderas. Luego, mantén tensa la cuerda y sácala. Para hacer muchas, muchas burbujas diminutas, intenta usando mata-moscas, pitillos y cucharas agujereadas.